Pineda inició esta serie continuando su exploración del camino del espíritu y el cuerpo como una raíz común, no sólo como artista, sobre todo, como ser humano.
Dentro de la serie observamos muchos rostros, animales, cabezas, fragmentos luminosos con diversas salidas representando las extensiones de la mente humana, las cuales nos permiten realizar una conexión con nuestro cuerpo como vehículo para conectar con la naturaleza y el cosmos.
En la obra “Vipassana” está presente la idea de no limitar la mente humana a un recipiente aislado, lamente es planteada como poderosa maquinaria completamente vinculada a las emociones, al cuerpo, pero, sobre todo, pone en contexto la presencia espiritual inherente en todo ser humano.
Esta obra vibra en color, logra contener una fuerza expresiva que enaltece, y podría decirse que es un reflejo del ser que lo mira. Es un espejo interior.