La anatomía humana también se presenta como tema central. Muchas de las composiciones incluyen esqueletos o cuerpos mostrando músculos, estrías, la carne debajo de la piel, como en estudios o diagramas anatómicos. Pareciera que en estas composiciones en que el artista se interna en el cuerpo, buscara señalar que está nadando en lo profundo, bajo las capas que nos conforman, para llegar, como diría el poeta argentino Oliverio Girondo, a la “masmedula” (un neologismo que nos lleva muy lejos en los adentros del ser creador). Cristian bucea esos parajes, y esa identificación entre el proceso creativo, la anatomía, los cuatro elementos, parece gritar “esto soy, esto son los demás dentro de mí, estoy hecho de tanto mundo y tanta planta y tantos otros” y así se va pintando.
El santuario del arte que finalmente construye Cristian y al que accede logrando resumir en esta serie todas sus búsquedas previas, las caminatas en el desierto haciendo círculos con los objetos de los migrantes, las carpetas de grabados, las series pictóricas, todo confluye aquí, todos los aprendizajes maduran en estas noventa pinturas y cada una de ellas es una puerta en la compleja torre de conceptos y técnicas liberadas con las que Cristian se enfrenta a la tela.