En la serie de maderas Corpus Terra, realizada en hojas de triplay pertenecientes a cajas de transporte, Pineda se ha limitado a usar el dibujo libre siguiendo tanto las vetas de la madera, como las etiquetas, las palabras impresas, los rayones, las manchas, las marcas y los sellos.
La serie con carácter absolutamente surrealista encuentra seres ocultos en los nudos y dibujos veteados de la madera. Esas palabras de las etiquetas de “frágil”, los sellos de “importación” o “exportación” se presentan en el origen de las letras, frases y vocablos incluidos en la serie Santuarios.
Los embalajes que se presentan en “Corpus Terra” dan pie a una posición surrealista ante el arte. Las láminas de madera, las tablas son quemadas o ahumadas con el objetivo de incorporar dibujos sobre ellas. El azar se hace presente en las formas encontradas o sugeridas por la traza natural del tronco cortado, o por los caprichos del esfumado, que harían las delicias de Paalen y Max Ernst, por mencionar dos nombres ineludibles de la experimentación surrealista en la plástica.